Conflictos derivados de la convivencia entre perros


Queremos presentar este vídeo de una situación cotidiana que se puede producir entre perros que comparten espacio y recursos. Cada uno puede interpretar las diferentes señales o movimientos a su criterio y sacar sus propias conclusiones. No es una situación habitual ni recurrente en una convivencia, y cuando se produce suelen estar implicados perros jóvenes o inmaduros con necesidad de encontrar los límites de sus relaciones sociales, lo que supone sin duda, aprendizaje.

"Según como actuemos podemos añadir ruido a la situación, aumentando la tensión ya existente y provocando que los individuos implicados se sientan presionados a reaccionar de una forma más precipitada; o bien podemos ser una referencia de calma, manteniéndonos en un segundo plano..."

En él se ve el inicio del conflicto, el desarrollo y como los perros llegan a una resolución por sí solos, como lo que son, animales sociales con voluntad y necesidad de convivir. Con el tiempo podemos aprender que ante este tipo de situaciones, antes de intervenir, tenemos la opción de esperar, pararnos a observar, y quizá no actuar, lo que nos permite poder descubrir reacciones no esperadas, y en muchas ocasiones muy diferentes a las que creíamos que iban a producirse. 

Son más de dos minutos de una situación que en directo puede parecer eterna y bastante tensa, y en la que puede no ser fácil mantener la calma. Sin embargo, en una situación así, nuestra reacción y actuación pueden ser de gran influencia para el desarrollo del conflicto. Según como actuemos podemos añadir ruido a la situación, aumentando la tensión ya existente y provocando que los individuos implicados se sientan presionados a reaccionar de una forma más precipitada; o bien podemos ser una referencia de calma, manteniéndonos en un segundo plano, dando espacio para permitir que los perros puedan valorar sus opciones y encontrar la salida menos comprometida.

No es una experiencia de la que nadie disfrute y quizá se pueden predisponer determinados aspectos ambientales para que haya menores posibilidades de que ocurra, pero difícilmente se puede garantizar que no se vayan a producir estas situaciones cuando tiene lugar una convivencia entre seres vivos, con voluntades que pueden estar contrapuestas en determinados momentos. 

Es probable que alguien tenga algún método para cortar este tipo de situaciones de una forma más rápida, pero tenemos serias dudas de que haya alguna forma de resolución que permita que las partes implicadas puedan obtener un mejor aprendizaje de la misma, que aquel en el que los propios individuos consiguen llegar a la solución con sus propios recursos.

Nos gustaría que este vídeo no se entienda como una incitación a permitir que los perros “se peleen”, sino más bien todo lo contrario, una demostración de que los perros, antes de llegar a un conflicto real, emiten infinidad de señales, de diferentes intensidades, para evitarlo.

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